sábado, 17 de julio de 2010

CAPÍTULO IV: Un Nacimiento con Beso.

La mañana del sábado amaneció soleada, así que decidí ir a dar un paseo. Cogí el ipod, me puse los cascos y me fui a la calle a darme un baño de sol, ya que por fin calentaba un poco.

Intenté relajarme, pero no paraba de darle vueltas a dos cosas, la primera era eso que Leo quiso decirme la noche anterior y que se vio interrumpido por el inminente parto de Angie, y la segunda eran esos ojos de mi sueño que no conseguía apartar de mi mente. Al final decidí que lo mejor sería no quedarme en casa por la tarde haciendo tareas domésticas, las haría el domingo, necesitaba distraerme o me volvería loca de tanto pensar en lo mismo. Pero antes tenía que llamar a Leo y saber qué tal estaban Angie y la recién nacida, si es que había nacido ya, y sobre todo qué tal estaba él, porque un hijo no nace todos los días, así que cogí el móvil y busqué su número, descolgó en el tercer tono.

- ¿Athena?- su voz sonaba verdaderamente entusiasmada.

- Hola Leo…imagino por el tono de tu voz que las cosas han ido muy bien y que…

- ¡Es preciosa Athena!, ya verás cuando la veas, es como un ángel recién nacido, no puedo dejar de contemplarla, es tan bonita…

Sonreí al auricular de mi móvil al escuchar aquellas palabras, qué bonitas, como un ángel recién nacido…

- Felicidades papá! , ¿y cómo está Angie?

La pausa de dos segundos fue bastante significativa, cuando Leo contestó el tono de voz era bien distinto.

- Angie…ella está bien, ha tenido un parto bueno, aunque no entiendo cómo llamarlo bueno después de dolores, contracciones…y demás detalles que la verdad, prefiero no recordar…

- Sí, mejor no me cuentes que me vas a quitar las ganas- los dos nos reímos por teléfono.

- Athena…estoy feliz por la niña, pero Angie…no deja de presionarme, y temo que utilice a Carol como arma con la que chantajearme emocionalmente, y…

- ¿Carol?- pregunté.

- La hemos llamado Carol.

- Es bonito.

- Oye Athena, ¿te importa si me paso esta noche por tu casa? Necesito hablar con alguien, y aunque no me quiero separar de la niña necesito estar un rato alejado de Angie.

- Claro Leo, por supuesto, pásate luego, estaré en casa por la noche.

- Te llamaré.- prometió.

- Bien, pues…enhorabuena de nuevo. Te veo luego.

-Hasta luego Athena…y gracias.

- No me las des.

Colgué. Me quedé un momento mirando la pantalla del móvil, pensando en que quizá Leo me dijera esta noche lo que ayer no pudo, así que al fin y al cabo el misterio no dudaría tanto. Dejé el móvil encima de la mesa de la cocina junto con los restos de mi desayuno, que pensaba recoger cuando una persona se me vino a la cabeza.

Así que cogí de nuevo el teléfono para llamar a mi mejor amiga. Laura. Éramos amigas desde la adolescencia. Nos conocimos cuando me cambié de colegio al mudarse mis padres a una casa nueva por motivos de trabajo. Recuerdo que me sentaron a su lado el primer día de clase, nada más llegar, y fue algo mágico, congeniamos a la perfección desde el primer momento, nunca he tenido tanta afinidad con nadie, y desde ese día hemos sido como hermanas. Ella ha sido mi pañuelo de lágrimas en mis momentos más duros, siempre ha estado ahí cuando la he necesitado. Ahora era una mujer casada y con una preciosa niña de dos años, Laurie, aún así intentábamos vernos siempre que podíamos, que claro estaba, no era tanto como nos gustaría.

El teléfono dio dos tonos antes de que Laura descolgara.

-¿Diga?- de fondo se escuchaba un llanto de bebé, Laurie.

- ¿Laura? Soy Athena.

-¡¡Holaaa Athena!! Precisamente hoy te iba a llamar, dime que tienes la tarde libre.- la pobre sonó un poco desesperada.

- Emm…¿tengo la tarde libre?- la escuché reír al otro lado de la línea de teléfono.

- ¡Perfecto!, menos mal, Aidan se va a quedar con Laurie y me muero por una tarde de chicas, es más, ¿por qué no comemos juntas? Así tenemos más tiempo para ponernos al día, me arreglo y en una hora me paso a recogerte, ¿te viene bien?- y todo eso sin respirar, alucinante lo que la maternidad puede llegar a cambiar a las personas.

- Eeh…sí, claro, ven a recogerme en una hora.

- ¡Hasta luego preciosa!

- Ahora te veo cara de osa…- colgué.

Increíble, pero cierto, aún conservábamos aquella broma de cuando éramos crías. La verdad es que Laura era una de las personas a las que más quería en el mundo, y me sentía muy unida a ella, a pesar de que yo trabajaba con horarios de locos y de que ella estaba dedicada a jornada completa a su hija.

Y de pronto, allí sola en la cocina me transporté a aquella tarde, muchos años atrás. Teníamos apenas catorce años y estábamos haciendo los deberes en su habitación, tiradas en la enorme cama, cuando de pronto Laura se incorporó, se puso muy seria y me dijo:

- Tengo algo que contarte.

- ¿Sí?- imaginé que sería alguna de sus locas fantasías, era muy soñadora, bueno, y aún lo seguía siendo.- ¿Qué es?

- Voy a casarme.

-¿Qué?- me incorporé yo también- ¡Anda ya Laura! No digas tonterías.

- Es en serio.- dijo ofendida.

Levanté las cejas y la miré, esperando más explicaciones.

- ¿Has visto a ese chico del instituto que siempre va con una bufanda roja?

- ¿El que siempre va con el hermano de Marta?- lo recordaba vagamente, era guapo, alto, rubio, y distante, como todos los chicos de diecisiete años del instituto, jamás nos miraban, de hecho para ellos ni existíamos, así que no entendía muy bien dónde quería llegar Laura con todo aquello, que yo supiera nunca había hablado con ella.

- Sí, se llama Aidan.

- ¿Y cómo sabes su nombre?- pregunté.

- Me lo dijo Marta.

- ¿Has hablado alguna vez con él?

- No.

- Entonces explícame cómo estás tan segura de que te vas a casar con él, son de los mayores, ni siquiera nos miran Laura, y además, tenemos catorce años, el año que viene lo más probable es que se vaya a estudiar a la universidad y casi seguro que no lo veremos más.

Me miró, me cogió la mano y me sonrió.

- Athena, me creas o no me voy a casar con él, lo sé.

- Estás loca.

-Puede ser.- y nos echamos a reír.

4 comentarios:

  1. y dónde está el beso??? hay qué mala eres!! que nos dejas con la intriga... jaja

    ResponderEliminar
  2. Yupiiiiiiii!!!!!! Me ha encantado el Nacimiento con beso, pero... y el beso? Tengo que esperar a la próxima entrega, a que sí? :-(

    Athena y Leo son demasiado "cómplices" uyuyuy!!! Y Leo no se ha unido a Angie tras el parto... cómo será Carol? será suya? ayyy, qué intriga!

    Y la aparición de Laura me ha encantado!

    Besitos!!
    Arantxa.

    ResponderEliminar
  3. mare meba!! Menos mal que Arantxa de Ponte FIELTRO me ha dicho lo de tu otro blog, osease, éste!!! Desde ahora tienes otra fan!!!! Me encanta!! Yo también solía escribir pero sabes cuál es el problema?? Que a medida que dejamos de ser niños, el estrés de los adultos invade hasta nuestra imaginación... me alegro que a ti eso no te pase!!! Un abrazo enorme preciosa

    ResponderEliminar
  4. HOla chicas!!!
    El beso misterioso está en el capítulo ;), no os preocupéis, lo q pasa es q los subo poco a poco, esta noche prometo subir otro trocito largo ;p
    Y tienes razón Wixa, es verdad q la madurez afecta a la imaginación, a veces m cuesta mucho recrear ciertas escenas, pero a medida q escribo la mente se m va abriendo y m es más fácil, si escribías antes deberías seguir haciéndolo aunque sea poquito a poquito todos los días, q es como yo lo hago y compensa mucho :) M gustaría leer algún día algo tuyo
    Besitos wapas!!!

    ResponderEliminar