miércoles, 16 de junio de 2010

CAPÍTULO UNO: Cuando los ángeles caen del cielo.



En el principio Dios creó el cielo y la tierra. Y puso al hombre en la tierra y en el cielo a las más bellas criaturas, los ángeles, entes espirituales, dotados de poderes especiales, al servicio de Dios y los hombres, todo un ejército de seres celestiales, pues eran tan numerosos y diferentes como hermosos: arcángeles, serafines, querubines, trones, virtudes, dominios, poderes y principados, todos ellos en perfecta armonía cumpliendo los deseos de Dios.

Mientras los hombres vivían sus mortales vidas en la tierra los ángeles vivían sus inmortales vidas entre el cielo y la tierra, acatando los órdenes de Dios, siendo portadores de sus mensajes, protegiendo a los humanos, inspirando sus pensamientos, representando sus virtudes... Y durante mucho tiempo todo estuvo bien.

Pero algo falló en el plan de Dios, pues un ángel, Lucifer, “el portador de la luz”, se rebeló contra Él y contra su plan, por lo que fue expulsado del cielo junto con aquellos a los que había conseguido corromper. Y así fue creado el infierno, hogar de las más viles y perversas criaturas, y así fue como apareció el primer ángel caído en el Reino de Dios.

Pero no el único.

Lucifer fue el primero, luego siguieron muchos más, algunos optaron por morar en el infierno, otros, en la tierra, caminando entre los hombres, a imagen de ellos, pero sin ser uno de ellos.

Yo también soy un ángel caído.

Fui un arcángel de Dios, un ser de luz, un soldado de la más perfecta legión, la divina, cuya misión era interceder entre Dios y los hombres. Pero me acerqué demasiado a la obra maestra de Dios…y esa fue mi perdición.

¿Mi pecado? Rendirme a uno de los más universales y puros sentimientos que existen, el amor. Fui casi literalmente golpeado por él. Estuve condenado desde el primer momento en el que la vi, pues desde ese momento la amé, su sonrisa, el negro sedoso de su pelo, su esbelto cuerpo, sus ojos oscuros…quedé cegado por ella, y ya no pude pensar en nada más que no fuera estar a su lado. Sabía que ella era capaz de sentirme y ser consciente de mi presencia cuando estaba a su alrededor, invisible a sus ojos mortales, pero no a los de su alma inmortal, y que me anhelaba tanto como yo a ella.

Por ella lo abandoné todo, a mi padre, a mis hermanos, mi misión, mi identidad, todo lo que una vez hube conocido lo dejé atrás, y caí, caí del cielo a la tierra, y con ese acto perdí mi esencia de ángel, mi gracia, mis alas se tornaron negras e invisibles a los ojos de los hombres. Me convertí en un desterrado, en una vergüenza para los míos, y caminé entre los hombres, quienes me aceptaron, pero siempre sintieron que no era totalmente como ellos, camino entre ellos pero no soy uno de ellos.

5 comentarios:

  1. me quedo con ganas de más!! suerte con este nuevo proyecto, aquí me tienes enganchada a tu historia :), ya estoy impaciente!!!

    Besos guapa

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  2. Gracias preciosa!
    Espero q os guste :), es algo q hago con mucha ilusión. Poco a poco la historia irá tomando forma.
    Bss!

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  3. Hola!!!

    Había leído en tu blog que escribías, pero me has dejado impresionada con el relato! Sencillamente, PRECIOSO y conmovedor! Y estoy con Jessica... ¡¡Yo también quiero más!!

    Besitos y me hago seguidora de tu otra parcelita para disfrutar de tus relatos!

    Arantxa.

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  4. Muchas gracias Arantxa, eres un encanto!! A ver si el lunes subo un poquito más d la historia ;)
    Bss!

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  5. Wooo!!!! Me los voy a leer poquito a poco para que me dure más!! jiji. Anda que no tengo yo cosas del tema, tengo canciones que lo mismo te ayudan con alguna idea ;)
    ¡Sigue escribiendo que ya mismo te cojo la vez!!!
    Muuuak preciosaaa

    P.D:Soy Angy,(de VDP) lo sabes,no? ;)

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